1. Decir la verdad.

El Gobierno de Navarra debe decir la verdad declarando una verdadera emergencia climática y ecológica, trabajando con otras instituciones para comunicar la urgencia del cambio.

En septiembre de 2019, el Gobierno y el Parlamento de Navarra firmaron sus respectivas declaraciones de emergencia climática. ¿Es esto suficiente? En absoluto. Hablar en términos como “un gran reto ambiental al que se enfrenta la humanidad” o “será más difícil y costoso adaptarse a sus consecuencias en el futuro” es no reflejar la dramática situación en la que nos encontramos ni los enormes riesgos que enfrentamos. La ciudadanía merece entender todo lo que está en juego y la profunda transformación que debemos acometer.

2. Actuar ahora.

El gobierno de Navarra debe actuar ahora para detener la pérdida de biodiversidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero neto para 2025.

El borrador de la Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética no establece objetivos de reducción de emisiones, sino que remite a los del KLINA: reducción del 45% para 2030 con respecto a las emisiones de 2005, es decir, una reducción del 26% con respecto a las emisiones de 1990. Ni siquiera se acercan a los de por si insuficientes objetivos actuales de la UE (55% con respecto a ese mismo año).

Además, proyectos como el de Aroztegia o la ampliación de la macrogranja de Caparroso, por citar algunos, van totalmente en contra de lo que debería ser una política coherente frente a la emergencia climática y ecológica.

3. Asambleas ciudadanas.

El Gobierno de Navarra debe crear y ser dirigido por las decisiones de una Asamblea Ciudadana sobre el clima y la justicia ecológica.

Hasta ahora, las propuestas de la sociedad civil solo llegan a través de procesos participativos insuficientes, para apenas ser consideradas. Necesitamos un mecanismo que permita la toma de decisiones sin intereses partidistas y sin presiones de lobbies, por parte de la ciudadanía informada. Las Asambleas Ciudadanas serían la herramienta más justa para que la sociedad directamente deliberase, por ejemplo, si nuestra comunidad necesita el TAV o reforzar un tren social que vertebre el territorio.

0. Justicia Climática.

El Gobierno de Navarra debe garantizar la Justicia Climática priorizando las necesidades de los colectivos en situación de vulnerabilidad y opresión.

La Demanda cero de justicia climática no es una adición opcional sino la condición previa sobre la cual construimos las restantes; entendemos que no es legítimo plantear soluciones que dejen fuera a una parte —cada vez más grande— de los territorios y de la población.